Historia y Origen
Blue Moon Belgian White es una cerveza icónica en la historia reciente de la industria cervecera estadounidense, conocida por su sabor refrescante y su perfil único que combina influencias belgas con un toque innovador estadounidense. Su historia comienza en 1995, cuando el maestro cervecero Keith Villa fundó la Blue Moon Brewing Company en Golden, Colorado, inspirándose en las witbiers belgas que había conocido durante sus estudios de cervecería en Bruselas, Bélgica. Al regresar a los Estados Unidos, Villa tuvo la visión de crear una cerveza que capturara el carácter de las cervezas belgas tradicionales pero que, a la vez, fuese atractiva y accesible para el paladar estadounidense.
Originalmente, esta cerveza fue lanzada con el nombre Bellyslide Wit, pero más tarde se renombró como Blue Moon Belgian White, un nombre que evoca el carácter refrescante y «fuera de lo común» de esta cerveza. Una particularidad interesante de la receta de Blue Moon Belgian White es la incorporación de naranjas de Valencia. Esta elección distintiva de ingredientes no solo aporta un sabor cítrico característico, sino que también destaca como uno de los rasgos más distintivos de esta cerveza, junto al toque sutil de cilantro. A lo largo de los años, Blue Moon se ha convertido en una de las witbiers más populares del mundo, famosa por su recomendación de ser servida con una rodaja de naranja, algo poco común en cervezas de su tipo, que ayuda a realzar sus notas cítricas y afrutadas.
Estilo
Blue Moon Belgian White pertenece al estilo de las Witbier belgas, o cervezas de trigo belgas, una categoría que se caracteriza por su perfil refrescante y afrutado. Tradicionalmente, este estilo es elaborado con una mezcla de trigo sin maltear y cebada, y se condimenta con especias como el coriandro y cáscara de naranja. Este estilo de cerveza se originó en Bélgica, donde era una bebida popular en las regiones rurales. Las witbiers belgas suelen ser cervezas ligeras y turbias, con un perfil de sabor suave y fresco, ideal para climas cálidos y para aquellos que prefieren cervezas con un contenido alcohólico moderado.
Color
El aspecto visual de Blue Moon Belgian White es otro de sus atractivos distintivos. Su color es color dorado es turbio y opaco, debido a su proceso de elaboración sin filtración, lo que significa que conserva todas las partículas de los ingredientes, como el trigo y la avena, en suspensión. Al servirse, presenta un color dorado claro que adquiere matices brillantes y se corona con una espuma blanca y espesa. Esta turbidez le da un carácter visual muy particular que diferencia a las witbiers de otros estilos de cervezas más filtradas y claras. La opacidad también le da una apariencia natural y rústica que resulta atractiva para el consumidor que busca autenticidad.
Notas de Cata
Blue Moon Belgian White ofrece una experiencia de cata que se caracteriza por sus aromas frutales y especiados. Al acercar la copa a la nariz, se perciben notas dominantes de naranja y coriandro, acompañadas de un sutil toque de trigo y un leve matiz floral. En boca, esta cerveza presenta una textura suave y cremosa, resultado de la combinación de trigo y avena en la receta.
En cuanto a su sabor, la Blue Moon Belgian White destaca por un equilibrio entre el dulzor cítrico y el ligero amargor que aporta el coriandro, mientras que el trigo y la avena le dan un cuerpo redondeado. Al final del trago, se percibe un retrogusto suave y ligeramente especiado, que invita a otro sorbo. Esta combinación de sabores hace que la Blue Moon sea ideal para quienes disfrutan de una cerveza con matices, pero sin un amargor excesivo.
Tipo de Vaso Recomendado
Para disfrutar al máximo de Blue Moon Belgian White, se recomienda servirla en un vaso tipo tulipa. Este vaso, de forma ligeramente cerrada en la parte superior, ayuda a concentrar los aromas y permite que los sabores se intensifiquen al momento de beber. La boca ancha de la copa tulipa es ideal para capturar los aromas cítricos y especiados de la cerveza, mientras que su base redonda permite mantener la temperatura adecuada durante más tiempo.
Temperatura Ideal
La temperatura ideal para servir y disfrutar una Blue Moon Belgian White es de 3 a 5 °C. A esta temperatura, se resaltan sus notas afrutadas y especiadas, permitiendo que el sabor de la naranja de Valencia y el cilantro se aprecien plenamente sin que la cerveza pierda frescura. Mantener esta cerveza demasiado fría puede enmascarar sus aromas, mientras que a temperaturas más altas se pueden resaltar los sabores dulces en exceso, perdiendo parte de su equilibrio característico.
Maridaje
Blue Moon Belgian White es una cerveza extremadamente versátil para el maridaje. Gracias a su perfil cítrico y especiado, se convierte en una excelente compañera para una variedad de platos. Algunos de los maridajes más recomendados incluyen:
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Mariscos: La frescura de esta cerveza complementa perfectamente el sabor de los mariscos, como camarones, mejillones y ostras, acentuando su sabor sin sobrecargar el paladar.
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Platos asiáticos: Su perfil de sabor se integra muy bien con las notas especiadas y agridulces de la cocina asiática, especialmente con platos como el sushi, los curris suaves y las ensaladas con salsas de sésamo y soja.
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Pollo marinado: Los sabores sutiles y jugosos del pollo marinado en hierbas o cítricos encuentran en esta cerveza un acompañante ideal.
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Quesos suaves: Los quesos como el queso de cabra fresco o un brie maduro se complementan con el sabor de Blue Moon sin opacar sus características.
Curiosidad
Una de las curiosidades más notables de Blue Moon Belgian White es la recomendación de servirla con una rodaja de naranja. Este detalle, que puede parecer simplemente estético, tiene una razón práctica y única. La rodaja de naranja no solo complementa visualmente el color de la cerveza, sino que también potencia los aromas cítricos naturales, enriqueciendo la experiencia de cata. Esta práctica se ha convertido en una especie de “firma” para Blue Moon y es uno de los aspectos que más llama la atención entre los consumidores.
Además, esta innovación de servir la cerveza con una rodaja de naranja ayudó a Blue Moon a distinguirse en el mercado estadounidense, donde el público no estaba familiarizado con las witbiers. Este detalle contribuyó en gran medida al éxito de la marca, que hoy en día es reconocida en muchos países por esta particularidad, convirtiéndose en una característica distintiva y una historia de éxito en el mundo de la cervecería artesanal.