Historia y Origen
La Bourgogne Des Flandres es una de las cervezas belgas con más historia y carácter, remontándose su origen al año 1765. Fue entonces cuando Pierre-Jacques Van Houtryve, un joven emprendedor, decidió abrir una granja-cervecería en el pequeño pueblo de Loppem, en la región de Flandes Occidental, en Bélgica. En esa época, la producción de cerveza era una actividad artesanal orientada a cubrir las necesidades locales, y su objetivo inicial fue abastecer a los habitantes del lugar con una cerveza de sabor distintivo y personalidad rústica.
Con el tiempo, la popularidad de esta cerveza creció, y en 1825, el hijo de Pierre-Jacques obtuvo el permiso oficial para abrir una nueva cervecería en la ciudad medieval de Brujas, conocida por sus bellos canales y su herencia cultural única en Bélgica. Este nuevo establecimiento, la Den Os Brewery, marcó un hito para la familia y para la ciudad, transformándose en una referencia de la cerveza flamenca de fermentación mixta, una tradición que ha continuado durante siglos y que sigue siendo un símbolo de la región.
La familia Van Houtryve, con gran devoción por las tradiciones cerveceras, perfeccionó los procesos de producción y fermentación, manteniendo un equilibrio entre la evolución técnica y la preservación del enfoque artesanal que les había dado su fama. A lo largo de las generaciones, la receta se mantuvo fiel a su esencia, sobreviviendo a los embates de las guerras mundiales y los cambios de propietario. En la actualidad, Bourgogne Des Flandres sigue siendo un tributo a la rica cultura cervecera de Flandes Occidental, un lugar donde el arte de la cerveza es un orgullo regional.
La cervecería ha vuelto al corazón de Brujas, donde continúa produciendo esta cerveza según los métodos tradicionales, pero con un toque de modernidad. Los visitantes pueden participar en recorridos que permiten descubrir el proceso de fermentación mixta y la maduración en barricas, que le otorgan su perfil único y una complejidad difícil de encontrar en otros estilos de cerveza.
Estilo
La Bourgogne Des Flandres se clasifica dentro de las Flanders Red-Brown Ale, o cerveza roja-marrón de Flandes. Este estilo es una especialidad de la región y se caracteriza por su método de fermentación mixta, que combina la acción de levaduras tradicionales con un proceso de maduración en barricas de madera. Durante esta fase de envejecimiento, la cerveza adquiere una gama de sabores que incluyen notas ácidas y frutales, resultantes de la acción de bacterias lácticas y de la interacción de la cerveza con la madera.
Este estilo requiere una maduración prolongada, que puede durar desde varios meses hasta varios años. Cada lote de Bourgogne Des Flandres es supervisado cuidadosamente por los maestros cerveceros, quienes aseguran que los sabores y aromas mantengan la consistencia y autenticidad que la han hecho tan valorada. Los matices resultantes son una combinación de dulzura, acidez y un toque afrutado y levemente especiado que hace de esta cerveza una experiencia única. La Bourgogne Des Flandres ofrece así un equilibrio entre lo dulce y lo ácido, ideal para quienes buscan una cerveza compleja y multifacética.
Color
A nivel visual, la Bourgogne Des Flandres es un espectáculo en sí misma. Su color oscila entre un ámbar oscuro y un rojo profundo, debido a la mezcla de maltas tostadas y a su envejecimiento en barricas. Esta apariencia cálida y atractiva es una característica típica de las Flanders Red-Brown Ale y aporta una sensación visual de riqueza y complejidad antes de probarla.
Al servirla en un vaso adecuado, genera una espuma densa y cremosa, de un color beige que se mantiene de manera delicada en la superficie. Esta corona fina de espuma contribuye a preservar los aromas y agrega un toque de elegancia a la experiencia, invitando a degustarla pausadamente.
Notas de Cata
El aroma de la Bourgogne Des Flandres es una invitación a descubrir una cerveza repleta de matices. Al acercar el vaso a la nariz, se perciben inmediatamente notas de frutas oscuras, como cerezas, ciruelas y pasas, entremezcladas con ligeros toques de especias, vainilla y un suave tono a roble que proviene del envejecimiento en barricas. Estos aromas complejos preparan al paladar para un viaje sensorial lleno de equilibrio y profundidad.
Al probarla, el primer impacto es la dulzura de la malta, que evoca sabores de caramelo y frutas maduras. A medida que se saborea, emerge la acidez típica de las cervezas de fermentación mixta, ofreciendo un contraste refrescante que equilibra la dulzura inicial. Las notas de frutos secos, como almendras y nueces, aparecen también, aportando un carácter distintivo y persistente. Finalmente, el leve amargor, junto con los toques frutales y a madera, culminan en un final suave y ligeramente seco, que invita a continuar disfrutándola sorbo a sorbo.
Tipo de Vaso Recomendado
Para disfrutar de esta cerveza en toda su plenitud, se recomienda un vaso tipo copa o tulipa, ideal para capturar los ricos aromas que caracterizan a la Bourgogne Des Flandres. Este tipo de vaso, con su base ancha y boca más estrecha, permite concentrar el bouquet aromático y que cada uno de los olores frutales y especiados llegue directamente al olfato. La apertura más angosta también ayuda a preservar la frescura de la espuma, mientras que la base ancha permite una ligera oxigenación que enriquece los sabores y realza la experiencia en el paladar.
Temperatura Ideal
La Bourgogne Des Flandres revela su máxima complejidad a una temperatura entre 10°C y 12°C. A este rango, la cerveza muestra cada uno de sus matices sin que el frío excesivo oculte su riqueza aromática. La acidez se equilibra a la perfección con la dulzura, mientras que las notas frutales y los toques a vainilla y roble se vuelven más evidentes. Además, la frescura a esta temperatura es ideal para resaltar su ligereza y carácter refrescante, haciendo de cada sorbo una experiencia bien equilibrada.
Maridaje
La Bourgogne Des Flandres es una cerveza increíblemente versátil para el maridaje, lo que la convierte en una excelente elección para acompañar una variedad de platos. Su carácter frutal y acidez equilibrada permiten combinarla con platos de sabores intensos y texturas ricas. Entre las mejores opciones de maridaje se encuentran:
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Estofados de carne como el clásico carbonade flamande, donde la cerveza complementa el sabor de la carne cocinada en cerveza, armonizando los tonos dulces y ácidos.
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Quesos maduros como el gouda añejo o el queso azul, que destacan el contraste entre la intensidad de los quesos y la suavidad de la cerveza.
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Carnes asadas con salsas a base de frutas o vino, ideales para complementar la frescura frutal de la Bourgogne Des Flandres y el toque ácido que limpia el paladar.
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Postres de chocolate oscuro, donde el amargor y profundidad del chocolate encuentran un balance perfecto con la dulzura y notas afrutadas de la cerveza.
Gracias a su complejidad, esta cerveza también puede ser la compañera ideal en cenas de varios platos, donde se marida con distintos tipos de alimentos.
Curiosidad
Uno de los aspectos más llamativos de la Bourgogne Des Flandres es su capacidad de combinar tradición e innovación. A pesar de ser una cerveza con una receta centenaria, la cervecería se ha adaptado al siglo XXI y actualmente opera en el corazón de Brujas, ofreciendo tours para que los visitantes puedan experimentar el proceso de fermentación y envejecimiento.
Además, su proceso de fermentación en barrica le otorga una exclusividad única, ya que cada lote puede presentar ligeras variaciones en el sabor, convirtiendo cada botella en una experiencia diferente. Esto la ha hecho muy popular entre coleccionistas y amantes de la cerveza artesanal que buscan nuevas sensaciones en cada degustación.
Brujas, Flandes
¡Bienvenido a Brujas, una ciudad mágica en el corazón de Flandes, Bélgica! Brujas es famosa por su encanto medieval, sus románticos canales y su arquitectura perfectamente conservada, que parece sacada de un cuento de hadas. Aquí, cada rincón cuenta una historia, cada piedra susurra secretos del pasado, y cada sorbo de cerveza artesanal te conecta con siglos de tradición. Si visitas Brujas, te espera una experiencia inolvidable, combinando cultura, historia y un sabor local y allí podrás visitar los siguientes lugares:
Markt
El corazón de Brujas late en el Markt, su impresionante plaza central. Este espacio es el punto de partida ideal para sumergirte en la historia de la ciudad. Rodeada de edificios gremiales con fachadas coloridas y tejados escalonados, esta plaza es un ejemplo clásico de la arquitectura flamenca. En el centro de la plaza se alzan las estatuas de Jan Breydel y Pieter de Coninck, dos héroes locales que lideraron una revuelta contra los franceses en el siglo XIV. Si te animas a una experiencia más completa, prueba uno de los cafés en las terrazas del Markt, y disfruta de las vistas de la torre del campanario mientras saboreas una cerveza artesanal.
Torre Belfort
La torre Belfort, también conocida como la torre del campanario, es uno de los monumentos más icónicos de Brujas. Esta estructura medieval de 83 metros de altura ofrece vistas espectaculares de la ciudad, recompensando a quienes se atreven a subir sus 366 escalones. La historia del campanario es fascinante: fue construido en el siglo XIII y ha servido como símbolo de la libertad y el orgullo de Brujas. Durante siglos, el carillón de 47 campanas ha marcado el ritmo de la vida diaria en la ciudad, y hoy sigue atrayendo a visitantes que quieren maravillarse con el paisaje desde las alturas. Es una experiencia imperdible para los amantes de la historia y las vistas panorámicas.
Minnewaterpark
Conocido como el Lago del Amor, el Minnewaterpark es un rincón romántico donde los canales de la ciudad se encuentran en un idílico entorno natural. Este parque es famoso por sus tranquilos paisajes y por los cisnes que nadan en sus aguas, añadiendo un toque de elegancia y belleza. Según cuenta una leyenda local, si caminas junto a tu pareja por este parque, su amor durará para siempre. Aquí, puedes pasear, relajarte en los bancos que rodean el lago, o simplemente disfrutar de la paz que este lugar transmite. Minnewaterpark es el sitio ideal para escapar del bullicio y disfrutar de un momento de serenidad.
Beguinaje
El Beguinaje es otro de los lugares llenos de misticismo en Brujas. Este antiguo convento, fundado en el siglo XIII, fue un refugio para mujeres religiosas conocidas como beguinas, quienes se dedicaban a la oración y la vida comunitaria, sin estar sujetas a las estrictas reglas de las órdenes monásticas tradicionales. Hoy, este lugar es un remanso de paz donde los visitantes pueden recorrer los jardines, contemplar las casas blancas y aprender sobre la vida de las beguinas. En la actualidad, el Beguinaje está habitado por monjas benedictinas, quienes mantienen viva la espiritualidad del lugar.
Fábrica de Cerveza Bourgogne des Flandres
Ningún recorrido por Brujas estaría completo sin experimentar su tradición cervecera, y una visita a la Fábrica de Cerveza Bourgogne des Flandres es una parada imprescindible. Ubicada a orillas de uno de los canales más pintorescos de Brujas, esta cervecería artesanal ofrece una experiencia única, donde puedes explorar el proceso de elaboración de la cerveza y degustar sus variedades en un ambiente acogedor y lleno de historia. Bourgogne des Flandres es famosa por su estilo de cerveza que combina una mezcla de cerveza fresca y cerveza de fermentación espontánea envejecida en barriles de roble, lo que le da un sabor característico y profundo. Puedes realizar una visita guiada por la fábrica, donde no solo aprendes sobre los métodos tradicionales de elaboración, sino que también tienes la oportunidad de probar una de las mejores cervezas de Bélgica mientras disfrutas de una vista espectacular de los canales de Brujas.
El Muelle del Rosario (Rozenhoedkaai)
Si buscas un lugar perfecto para una foto memorable, el Muelle del Rosario es uno de los lugares más fotogénicos de Brujas. Esta pintoresca esquina donde los canales se cruzan es uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad y ofrece una vista icónica de los edificios medievales reflejándose en el agua. Especialmente al atardecer, cuando la luz dorada del sol resalta cada detalle arquitectónico, el Muelle del Rosario se convierte en un lugar casi mágico. Durante el invierno, el muelle se adorna con luces, creando una atmósfera de cuento de hadas que cautiva a todo aquel que pasa por aquí.
